La primera Biblia completa traducida al castellano -Biblia del Oso o
del Cántaro- se le conoce, hoy, como la Versión Reina-Valera, en honor a
Casiodoro Reina y Cipriano Valera, traductor y revisor
correspondientemente.
DATOS DE INTERÉS
La tirada inicial de la Biblia del Oso fue de poco más de dos
millares y medio de ejemplares, pero sólo una parte de esa edición fue
encuadernada con la portada en la que aparece un oso erguido lamiendo
con deleite el panal que pende de un arbusto, con el fin de evitar que
los inquisidores encargados de incautarse de la Biblia protestante
pudieran identificarla más rápido, por lo que las posteriores entregas
fue encuadernadas con otra portada.
Casiodoro Reina terminó la traducción al idioma castellano del
Antiguo Testamento en 1567, y la del Nuevo en 1569, año en que fueron
publicadas las Sagradas Escrituras en su versión íntegra.
El primer contrato para la edición de esta Biblia fue de 1,100
ejemplares, firmado en el verano de 1567 por el famoso editor Oporino.
Por desgracia para Reina, en julio de 1568 y antes de dar comienzo a la
impresión, Oporino murió, en medio de la ruina económica, por lo que no
hubo forma de recuperar los 400 florines pagados por adelantado, que
habían sido reunidos y generosamente aportados por un grupo de
refugiados españoles que se habían trasladado a Frankfurt.
Si bien no se conoce con certeza en qué talleres se imprimió la
primera Biblia, acuciosos estudios realizados al respecto permiten
establecer que posiblemente dicha elaboración tuvo lugar en la imprenta
de Samuel Apiario, aunque también hay quien afirma que se llevó a cabo
en los talleres de Thomas Guarin.
La traducción de ambos religiosos fue revisada mucho después, para
hacerla comprensible al español de la época. Más de tres siglos habrían
de transcurrir para que se comenzara a concretar dicha tarea: 1862,
1909, 1960 y, la más reciente, en 1995. En la actualidad, Sociedades
Bíblicas Unidas se encuentra trabajando en una nueva revisión que será
dada a conocer como Reina-Valera Contemporánea, con el fin de que
resulte más accesible en los tiempos que corren.
La revisión de 1960 también se ha dado en denominar la Reina de las
Reinas, en alusión a que es la favorita de los creyentes evangélicos o
protestantes de habla hispana, por su elaborado y rico lenguaje.
Tanto Reina como Valera son más conocidos por su condición de
traductores bíblicos que por sus otras obras. Sin embargo, Casiodoro
también publicó una obra sobre la Inquisición, “Comentarios en latín a
Mateo y Juan”, “Declaración o confesión de la fe”, y un Catechismus en
latín, francés y holandés.
Asimismo, tradujo del latín al francés una historia de la “Confesión
de Augsburgo” y, en condición de editor, participó en Bibliotheca
Sancta, de F. Sixto Senensi, y Dialogus in epistolam D. Pauli ad
Romanos, de Antonio del Corro.
Valera pudo ver publicadas dos de sus obras traducidas al inglés: la
primera es sobre la figura del Papa y el segundo sobre la misa. El
“Tratado para confirmar los pobres cautivos de Berbería” (Londres, 1594)
fue su trabajo más original y literario. Además, tradujo la
“Institución de la Religión Cristiana” (Londres, 1597), de Calvino, y
como editor colaboró en el prólogo de innumerables obras más.
A Cipriano Valera también se le conocía como el “Moisés español”, por
los sucesivos éxodos en su calidad de perseguido por los países de
Europa a los cuales se veía obligado a trasladarse constantemente, ante
el acoso de la Inquisición.
Tanto Casiodoro como Cipriano se casaron en Londres y, curiosamente,
Ana era el nombre de sus esposas. Ellas les dieron hijos y sufrieron,
junto a toda la familia, privaciones, persecución y polémicas. Reina
engendró varios hijos: Marcos, Agustino, Margarita, Servas, Juan, y
otros de quienes no se sabe su nombre. A su vez, Valera tuvo tres:
Isaac, Juan y Judith.
Casiodoro Reina murió el 15 de marzo de 1594, rodeado de sus hijos,
todavía solteros, y de su esposa. Ejercía el servicio pastoral en
Frankfurt, Alemania.
Cipriano Valera se menciona aún con vida en 1606, pero se ignora la
fecha exacta de su deceso. De acuerdo con sus escritos, al parecer vivió
más allá de los 70 años. La suya fue una vida sosegada y próspera,
durante la cual supo combinar la docencia en las universidades de
Cambridge y Oxford, con sus ocupaciones literarias, siempre imbuido del
fervoroso apego a las Sagradas Escrituras, que fue una constante a lo
largo de toda su existencia.
El segundo contrato se celebró por la suma de 300 florines, prestados
a Reina por Marcos Pérez, quien años atrás lo había ayudado a
esconderse de los largos e inclementes brazos de la Inquisición.
Fuentes Consultadas: “Los mudos hablan… Y en buen castellano”. Samuel
Escobar Aguirre, presidente honorario de Sociedades Bíblicas Unidas,
catedrático de Misionología en el Seminario Teológico de Pennsylvania,
Estados Unidos. “Una ilustre revisión. La Biblia en las Américas”.
Número 262/2003. Doctor Plutarco Bonilla, consultor –jubilado- de
Traducciones de Sociedades Bíblicas Unidas. “La Biblia del Siglo de
Oro”. Antigua traducción de Casiodoro Reina (1569). Revisada por
Cipriano Valera (1602). Edición íntegra en español contemporáneo.
Sociedad Bíblica de España. Sociedades Bíblicas Unidas. Madrid, 2009.
http://labibliaweb.com/
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