Este viernes 27 de enero Pablo Edwin Finkenbinder,
conocido por toda Latinoamérica como el Hermano Pablo, falleció. Así lo
informó su familia a allegados cercanos y amigos. El reconocido tele y
radio evangelista pasó sus últimas horas en condición crítica en un
hospital de California debido a una severa hemorragia cerebral.
Según la información divulgada por su familia, el
miércoles 25 de enero Pablo celebró su 70 Aniversario de Bodas con su
esposa Linda, y con amigos y familiares. Se sintió bien, rió y bromeó
con todos. Al atardecer se quejó de un fuerte dolor de cabeza, y lo
llevaron de emergencia al hospital. Sus hijos, nietos y amigos se
reunieron allí para pasar con él sus últimas horas. Pasó en paz a la
presencia del Señor a las 3:55 am (hora del Pacífico) el viernes, 27 de
enero.
Pablo era muy conocido públicamente, habiendo
predicado en pueblos y ciudades a lo largo y ancho de América Latina
durante los últimos setenta años. Conmovía a todo el que lo escuchaba
con las anécdotas que contaba, y miles de personas aceptaron a Cristo
como resultado de sus mensajes. Sin embargo, quienes lo conocían
personalmente sentían más que nada el amor que mostraba a cada persona.
Ya fueran altos mandatarios o servidores en restaurantes y empleados en
los hoteles que frecuentaba, sentían la intensidad del amor y del afecto
que les manifestaba.
Pablo y Linda fueron a El Salvador como misioneros
en 1942. Pablo recorría el país, a veces a lomo de mula, predicando el
evangelio y animando a obreros cristianos. En 1955, Pablo comenzó su
primer programa radial, y en 1960 produjo dramas bíblicos para
televisión que llegaron a reconocerse como el primer programa cristiano
de televisión con un horario de difusión semanal fuera de los Estados
Unidos.
A Pablo se le conocía principalmente por su programa
de radio y televisión, UN MENSAJE A LA CONCIENCIA, que comenzó en 1964.
Su novedoso programa constaba de una anécdota seguida de una aplicación
moral y espiritual, que es una fórmula que ha dado resultado hasta hoy.
El programa se difunde actualmente más de 6,400 veces al día en 33
países, y todo el tiempo lo donan las estaciones de televisión, las
emisoras radiales o seguidores de Cristo de las respectivas localidades.
55 mil personas suscritas reciben el programa a diario por correo
electrónico.
Aunque el Hermano Pablo mismo no grabó ningún
programa durante los últimos quince años, él y su junta directiva
aseguraron el futuro del programa al escoger a un sucesor en 1996. El
legado del Hermano Pablo perdurará mediante el programa en los años
venideros. No se contempla ninguna interrupción en las difusiones. Así
lo hubiera deseado el Hermano Pablo. Para su familia espiritual, incluso
aquellos miles que ganó para Cristo, no se trata de decirle adiós al
Hermano Pablo sino hasta luego... allá en el cielo.
No se han tomado aún las decisiones con relación a
los servicios fúnebres, pero las publicaremos aquí tan pronto como se
nos den a conocer.
¿Cómo impactó en su vida el ministerio del Hermano Pablo? Vaya a http://www.facebook.com/profile.php?id=1104830399#!/profile.php?id=100003029961113 y comparta con nosotros su testimonio sobre el legado de este gran hombre de Dios
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