La Secretaría General del Gobierno del estado de Puebla cedió ante
las presiones de católicos tradicionalistas de la comunidad de San Rafael
Tlanalapan al ordenar, en contra de la libertad de culto, la expulsión de 50
familias de cristianas evangélicos del poblado. El pasado miércoles
los católicos fieles al cura local Ascensión Benítez González les amenazaron con
crucificarlos y lincharlos si no se habían ido antes de hoy lunes.
Al parecer la jerarquía católica habría acordado retirar al párroco
Ascensión Benítez, toda vez que ha sido autor de por lo menos tres incidentes
relacionados con la intolerancia religiosa, en la última década. Los pocos
cristianos evangélicos a los que se les ha permitido quedarse en Tlanalapan, por
ser oriundos de dicha comunidad, se les ha solicitado que los servicios
religiosos los realicen en otras comunidades vecinas.
El conflicto de intolerancia religiosa ocurre luego de que unos 200
católicos de Tlanalapan se reunieron la noche del miércoles pasado fuera de la
capilla de San Isidro Labrador, convocados por el sacerdote del
pueblo , para expulsar a 70 cristianos por no compartir el credo
mayoritario y los emplazaron a abandonar la comunidad antes del lunes.
Las 18 horas del domingo era el punto que los católicos habían fijado como
plazo límite para expulsar a los cristianos del pueblo; por lo que se esperaba
que se informara del posible acuerdo al que las autoridades auxiliares habrían
llegado con la Secretaría General de Gobierno para solucionar el grave conflicto
de intolerancia religiosa. Finalmente el delegado de Gobierno del Distrito VII,
Roberto Solano Pineda, informó que el acuerdo tomado con la autoridad local es
que se tendrían que irse los evangélicos no originarios de Tlanalapan, pues “el
gobierno estatal no les garantiza su seguridad”.
Ante lo que se prsumía que iba a ocurrir, la noche del pasado
sábado el pastor y otras familias salieron con maletas y algunas cosas del
inmueble . Se acusaba al pastor de querer “conquistar más adeptos a su
religión”.
“Lo mejor es que los cristianos (evangélicos) se vayan, porque no podemos
garantizar su seguridad, y no queremos que pase lo de hace 18 años, cuando el
mismo padre Ascensión incitó a un grupo de católicos a expulsar a golpes a una
familia completa, incluida niños, y a quemarle su vivienda, por el hecho de
profesar otro culto”, aseveró un funcionario local.
Mientras, en la misa de las 8 horas del pasado domingo, la más importante
del pueblo, el párroco Ascensión Benítez dijo textualmente a los feligreses: “si
quieren seguir en la lucha contra el cristianismo es problema de ustedes, porque
yo me retiro, pero saben que estoy con el pueblo”. Declaración que contradijo la
postura del sacerdote ante las autoridades estatales, luego de que el pasado
jueves negó que él sea el principal agitador para que se expulse a los
evangélicos de Tlanalapan.
VIDEOS PRUEBAN LOS
ATAQUES
Antes de su salida del pueblo, el pastor Josué Ovando Jiménez
aportó videos como pruebas de los ataques que recibió por parte de un grupo de
católicos y del sacerdote Ascensión González Solís , durante la reunión
que mantuvo con personal de la Secretaría General de Gobierno.
Hay que destacar que no todo el pueblo de Tlanalapan está en
contra de los cristianos evangélicos . Pero tienen miedo, Los pocos
vecinos que accedieron a hablar sobre el tema lamentaron que ni la autoridad
auxiliar ni el gobierno del Estado le hayan puesto un freno al sacerdote, quien,
aseguraron, goza de poder político, lujos y canonjías en el poblado.
LA ARQUDIÓCESIS DE
PUEBLA
El viernes pasado la arquidiócesis de Puebla descartó que se
aliente la intolerancia religiosa en la entidad, y eximió al sacerdote Ascensión
Benítez González de dirigir las amenazas que los católicos profirieron contra
evangélicos en la comunidad de San Rafael Tlanalapan “pues la libertad
de culto es un derecho fundamental”, además debe prevalecer el diálogo para
evitar enfrentamientos.
Pero en la práctica se limitó a manifestar que “la iglesia católica en
Puebla hace un atento llamado a todos los involucrados en este caso,
invitándolos a mantener el diálogo como camino para resolver las diferencias,
observar el Estado de Derecho y salvaguardar en todo la concordia y la seguridad
de las personas, independientemente del credo que profesen”. En un comunicado
eximió al sacerdote católico de proferir las amenaza alguna.
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